Frenar puede ser más difícil al conducir sobre nieve y hielo, por lo que hay que ir más despacio y multiplicar hasta 10 veces la distancia de frenado habitual respecto al coche delantero, sobre todo en carreteras muy heladas.
Evita los derrapes frenando suavemente, y toma precauciones adicionales para conducir solo cuando estés bien descansado y alerta. Mantente en tu carril y deja mucho espacio a los demás vehículos, y desconecta el control de crucero, que puede aumentar el riesgo de derrapar. A menos que las carreteras hayan sido preparadas con arena, también debes evitar conducir directamente sobre las huellas de otros vehículos al conducir sobre nieve o hielo, ya que la nieve compactada puede ser más difícil de agarrar que la nueva.
Si vas a viajar a un lugar lejano, no está de más que lleves en el coche algunas provisiones de emergencia, como comida, ropa de abrigo y una linterna, por si te quedas tirado en la carretera durante un largo periodo.