Comienza por reducir la velocidad y aumentar las distancias de frenada. Recuerda que la distancia de frenada es cuatro veces mayor en la nieve, así que mantén la distancia con respecto al coche que circula por delante, tanto en subida como en bajada.
Es importante que compruebes tu capacidad para frenar tan pronto como veas un cambio en las condiciones meteorológicas, ya sea seca, húmeda, nevada o helada. Para hacerlo, espera hasta que no haya otros vehículos cerca y vayas conduciendo lentamente. Conduce en línea recta y empieza a frenar gradualmente. Si el vehículo tiene dificultades para reducir la velocidad, es porque la carretera está resbaladiza. Procede con más cautela y disminuye la velocidad.
Bryan Bouffier, un piloto francés ganador de la edición del centenario 2011 del rally de Montecarlo, comenta: "Al frenar, la regla de oro es no hacer movimientos bruscos".